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lunes, 23 de noviembre de 2015

La luz de los olvidados

La luz de los olvidados

Autor: DonQueson & OcLopez
Festejos del día de muertos 2015


            Hace mucho tiempo en pueblito pequeño había una joven muy hermosa ella era la alegría de la familia, su nombre era Yolo Xochitl, era la mayor de tres hermanos y por ser la mayor tenía muchas responsabilidades en casa, las actividades propias de las mujeres de campo; por lo mismo no asistió a la escuela y se dedicaba junto con su madre a atender a sus hermanos para que ellos pudiesen prepararse en la escuela y por las tardes  aprendieran las labores del campo junto con su padre Don Genaro un hombre que casi no reía siempre serio y muy imponente a la hora de dar consejos, que más bien parecían regaños pero él insistía que solo eran consejos, claro que cuando Yolo estaba con él, Don enojón digo Don Genaro dejaba de ser el enojón que todos veían y su rostro se iluminaba y escuchaba siempre atento las cosas que Yolo le contaba.



            Cierto día Yolo fue a realizar las compras en la única tienda que había en el pueblo atendida por Doña Carlota una señora alta con voz muy gruesa y que se contaba entre los jóvenes y niños que entendía un poco sobre temas  místicos (cosas de misterio) y pues gustaba siempre de tener un altar con imágenes y veladoras en su casa.
-          Buenas tardes Doña Carlota, vengo por la compra de la semana me dijo mi mamá que ya había hablado con usted y que solo la recogiera – Dijo Yolo al llegar a la tienda. – Así es muchacha, ya tengo listo el encargo – Contesto doña Carlota sin soltar el puro que tanto gustaba de fumar.
-          Hola muchacha - se oyó una voz al fondo de la tienda – era un hombre alto moreno típico hombre de campo – que bonita eres ¿cómo te llamas?
-          Ella volteo y al verlo sintió un escalofrió pero respondió - Yolo Xochitl, Bueno Doña Carlota ya me tengo que ir pues me esperan en casa, hasta luego y buenas tardes a todos. – Yolo salió de la tienda apurada pues sentía la mirada de ese hombre.
En efecto el hombre quedó impresionado con la belleza de Yolo y pensaba - ¡Esa muchacha tiene el don de la belleza y su ser irradia luz por lo tanto la llevaré conmigo a como dé lugar! –, por la tarde ya en casa les platico a sus padres lo sucedido y Don Genaro exclamo ¡Yolo, debes tener cuidado porque ese hombre que describes es peligroso dicen que es un Nahual – pero papá ¿qué es un Nahual? Pregunto Yolo – el respondió: es un ser obscuro con poderes que le permiten convertirse en el animal que el desee, así que ten mucho cuidado agregó Don Genaro, desde ese día cuando Yolo caminaba por el campo veía con detenimiento a todos los animales que pasaban cerca de ella pues gustaba de disfrutar  del canto de las aves y cuanto animalito veía ya fueran conejos o venados y pensaba que no podía ser posible lo que su padre había dicho aquel día, mas nunca se daba cuenta que había un cuervo que la seguía a todas partes.

            Y así pasaron varias semanas hasta que llego la fiesta grande del pueblo, la del día de muertos pues todos los habitantes hacían grandes altares para recordar a los familiares ya fallecidos y se celebraba con danzas que iban por las calles bailando, Yolo salió con sus hermanos a admirar la fiesta pero cuando una de las danzas estaban bailando cerca de ellos una persona con una máscara de madera la tomo de la mano en ese momento  ella cayó al suelo, los que estaban cerca dicen que al desmayarse Yolo el danzante desapareció en una nube de humo, los hermanos la cargaron y la llevaron a su casa, ella parecía estar dormida pero nada la hacía despertar, Don Genaro desesperado salió de la casa ¡Carlota, Carlota! Gritaba Don Genaro - ¿Que sucede? Se escucho la voz de Doña Carlota -¡Algo grave, Carlota, Mi hija Yolo esta desmayada pero nada la despierta, ven por favor! Ella lo miró y dijo: - Tú crees que yo soy bruja, verdad! – No lo sé, respondió pero si algo sabes ayúdame por favor.

-          Está bien, iré.

Al llegar a la casa ya había algunos vecinos rezando por la pobre muchacha y su cama estaba rodeada de veladoras. Al entrar Doña Carlota cerró los ojos y cayó de rodillas, cuando los abrió miro a su alrededor y su voz ya no era la misma era la voz de aquel hombre que Yolo había visto en la tienda y dijo: ¡Ja ja ja ja, yo soy el dueño de Yolo y ella se irá conmigo, nada ni nadie podrá quitármela ella estará así porque su luz es ahora mía. Los que estaban adentro rezando salieron corriendo espantados solo se quedó Don Genaro – Deja a mi hija en paz, toma lo que quieras pero deja a mi hija ella no sabe de tus intensiones es un alma pura. El Respondió - Ella es un ser de luz que iluminara mi oscuridad- Yo soy el conjunto de las almas que nadie recuerda, aquellos que murieron después de muertos, esas almas que mueren físicamente y que después mueren en el recuerdo.- Dicho esto cayo el cuerpo de Doña Carlota al suelo. La gente comenzó a entrar y Doña Carlota se recuperó, pero no recordaba nada de lo sucedido, la gente comenzó a rezar y de repente entro una gallina a la habitación y se posó sobre el cuerpo de Yolo y desapareció como un chispazo de luz y humo, Yolo se sentó y dijo ¡Jajaja ya entre y ni cuenta se dieron – era de nuevo la voz del nahual que hablaba a través del cuerpo de Yolo, la gente esta vez no corrió tomaron a Yolo de los brazos y la volvieron a acostar y siguieron rezando -  Al hacer esto otra vez apareció la gallina y salió corriendo atrás de ella salió corriendo Don Genaro, la gallina se convirtió en un cuervo y emprendió el vuelo, la gente del pueblo se armó con palos, machetes y lo que pudieron encontrar para matar al cuervo, pero el volaba de un árbol a otro hasta que se fue a las montañas, hasta allá llego Don Genaro junto con sus hijos y le grito: - Señor, Señor, muéstrate no queremos pelear, ellos dejaron lo que llevaban en las manos y gritaron – No estamos armados, muéstrate – y así sucedió, nuevamente una chispa de luz y humo se presento frente a ellos y apareció el hombre moreno que Yolo le había descrito a su padre. Don Genaro se armo de valor y dijo, hace rato dijiste que querías a mi hija porque ella representa la luz que te hace falta. – Así es -  respondió el hombre, quiero proponerte algo, yo te daré luz para tu camino y recordaré junto con mis hijos a los seres que como tu han sido olvidados, esto lo hare cada 2 de noviembre y mis hijos y los hijos de mis hijos lo seguirán haciendo siempre, pero por favor no me quites a mi hija, tú no eres malo solo que no has encontrado el camino, el hombre lo miro y con voz fuerte que calo hasta los huesos de Don Genaro y sus hijos dijo, - Esta bien, eres un padre amoroso y yo se que cumplirás, vayan a casa Yolo está bien, despertara mañana 2 de Noviembre cuando pongas la primera veladora que ilumine el camino de las almas que han sido olvidadas por sus familiares  así lo harás mientras vivas y después cuando tu estés muertos en realidad no morirás porque vivirás en el recuerdo de toda tu familia.

            Y así sucedió, Don Genaro esposa e hijos hicieron un altar en memoria de su familia ya muerta junto con las imágenes de ellos y sus respectivas veladoras y escogieron una, la más grande y la ofrendaron en memoria de las almas no recordadas para que encuentren su camino y en el paso puedan detenerse a comer un poco de la ofrenda que ellos daban en su altar, cuando hicieron esto Yolo despertó, ellos le contaron todo lo sucedido aunque ella nunca recordó algo.

            Desde entonces, la familia de Yolo, cumple esa promesa que ya es tradición, pasaran los años y las generaciones pero la familia de ella no morirá porque serán siempre recordados y tendrán un lugar especial en su altar para celebrar a los difuntos en general no solo a los de su familia; de igual modo se dice que aquel hombre moreno conocido como el Nahual nunca volvió a verse por el pueblo pues todos pensaban que había encontrado el camino a través de La luz de los olvidados.

FIN


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