La luz de los olvidados
Autor: DonQueson & OcLopez
Festejos del día de muertos 2015

Cierto día Yolo fue a realizar las
compras en la única tienda que había en el pueblo atendida por Doña Carlota una
señora alta con voz muy gruesa y que se contaba entre los jóvenes y niños que entendía
un poco sobre temas místicos (cosas de
misterio) y pues gustaba siempre de tener un altar con imágenes y veladoras en
su casa.
-
Buenas
tardes Doña Carlota, vengo por la compra de la semana me dijo mi mamá que ya
había hablado con usted y que solo la recogiera – Dijo Yolo al llegar a la
tienda. – Así es muchacha, ya tengo listo el encargo – Contesto doña Carlota
sin soltar el puro que tanto gustaba de fumar.
-
Hola
muchacha - se oyó una voz al fondo de la tienda – era un hombre alto moreno
típico hombre de campo – que bonita eres ¿cómo te llamas?
-
Ella
volteo y al verlo sintió un escalofrió pero respondió - Yolo Xochitl, Bueno
Doña Carlota ya me tengo que ir pues me esperan en casa, hasta luego y buenas
tardes a todos. – Yolo salió de la tienda apurada pues sentía la mirada de ese
hombre.
En efecto el hombre quedó
impresionado con la belleza de Yolo y pensaba - ¡Esa muchacha tiene el don de
la belleza y su ser irradia luz por lo tanto la llevaré conmigo a como dé lugar!
–, por la tarde ya en casa les platico a sus padres lo sucedido y Don Genaro
exclamo ¡Yolo, debes tener cuidado porque ese hombre que describes es peligroso
dicen que es un Nahual – pero papá ¿qué es un Nahual? Pregunto Yolo – el
respondió: es un ser obscuro con poderes que le permiten convertirse en el
animal que el desee, así que ten mucho cuidado agregó Don Genaro, desde ese día
cuando Yolo caminaba por el campo veía con detenimiento a todos los animales
que pasaban cerca de ella pues gustaba de disfrutar del canto de las aves y cuanto animalito veía
ya fueran conejos o venados y pensaba que no podía ser posible lo que su padre
había dicho aquel día, mas nunca se daba cuenta que había un cuervo que la
seguía a todas partes.
Y
así pasaron varias semanas hasta que llego la fiesta grande del pueblo, la del
día de muertos pues todos los habitantes hacían grandes altares para recordar a
los familiares ya fallecidos y se celebraba con danzas que iban por las calles
bailando, Yolo salió con sus hermanos a admirar la fiesta pero cuando una de
las danzas estaban bailando cerca de ellos una persona con una máscara de
madera la tomo de la mano en ese momento ella cayó al suelo, los que estaban cerca
dicen que al desmayarse Yolo el danzante desapareció en una nube de humo, los hermanos
la cargaron y la llevaron a su casa, ella parecía estar dormida pero nada la
hacía despertar, Don Genaro desesperado salió de la casa ¡Carlota, Carlota!
Gritaba Don Genaro - ¿Que sucede? Se escucho la voz de Doña Carlota -¡Algo
grave, Carlota, Mi hija Yolo esta desmayada pero nada la despierta, ven por
favor! Ella lo miró y dijo: - Tú crees que yo soy bruja, verdad! – No lo sé,
respondió pero si algo sabes ayúdame por favor.
-
Está
bien, iré.
Al llegar a la casa
ya había algunos vecinos rezando por la pobre muchacha y su cama estaba rodeada
de veladoras. Al entrar Doña Carlota cerró los ojos y cayó de rodillas, cuando
los abrió miro a su alrededor y su voz ya no era la misma era la voz de aquel
hombre que Yolo había visto en la tienda y dijo: ¡Ja ja ja ja, yo soy el dueño de
Yolo y ella se irá conmigo, nada ni nadie podrá quitármela ella estará así
porque su luz es ahora mía. Los que estaban adentro rezando salieron corriendo
espantados solo se quedó Don Genaro – Deja a mi hija en paz, toma lo que
quieras pero deja a mi hija ella no sabe de tus intensiones es un alma pura. El
Respondió - Ella es un ser de luz que iluminara mi oscuridad- Yo soy el
conjunto de las almas que nadie recuerda, aquellos que murieron después de muertos,
esas almas que mueren físicamente y que después mueren en el recuerdo.- Dicho
esto cayo el cuerpo de Doña Carlota al suelo. La gente comenzó a entrar y Doña
Carlota se recuperó, pero no recordaba nada de lo sucedido, la gente comenzó a
rezar y de repente entro una gallina a la habitación y se posó sobre el cuerpo
de Yolo y desapareció como un chispazo de luz y humo, Yolo se sentó y dijo
¡Jajaja ya entre y ni cuenta se dieron – era de nuevo la voz del nahual que
hablaba a través del cuerpo de Yolo, la gente esta vez no corrió tomaron a Yolo
de los brazos y la volvieron a acostar y siguieron rezando - Al hacer esto otra vez apareció la gallina y
salió corriendo atrás de ella salió corriendo Don Genaro, la gallina se
convirtió en un cuervo y emprendió el vuelo, la gente del pueblo se armó con
palos, machetes y lo que pudieron encontrar para matar al cuervo, pero el
volaba de un árbol a otro hasta que se fue a las montañas, hasta allá llego Don
Genaro junto con sus hijos y le grito: - Señor, Señor, muéstrate no queremos
pelear, ellos dejaron lo que llevaban en las manos y gritaron – No estamos
armados, muéstrate – y así sucedió, nuevamente una chispa de luz y humo se
presento frente a ellos y apareció el hombre moreno que Yolo le había descrito
a su padre. Don Genaro se armo de valor y dijo, hace rato dijiste que querías a
mi hija porque ella representa la luz que te hace falta. – Así es - respondió el hombre, quiero proponerte algo,
yo te daré luz para tu camino y recordaré junto con mis hijos a los seres que como
tu han sido olvidados, esto lo hare cada 2 de noviembre y mis hijos y los hijos
de mis hijos lo seguirán haciendo siempre, pero por favor no me quites a mi
hija, tú no eres malo solo que no has encontrado el camino, el hombre lo miro y
con voz fuerte que calo hasta los huesos de Don Genaro y sus hijos dijo, - Esta
bien, eres un padre amoroso y yo se que cumplirás, vayan a casa Yolo está bien,
despertara mañana 2 de Noviembre cuando pongas la primera veladora que ilumine
el camino de las almas que han sido olvidadas por sus familiares así lo harás mientras vivas y después cuando
tu estés muertos en realidad no morirás porque vivirás en el recuerdo de toda
tu familia.
Y
así sucedió, Don Genaro esposa e hijos hicieron un altar en memoria de su
familia ya muerta junto con las imágenes de ellos y sus respectivas veladoras y
escogieron una, la más grande y la ofrendaron en memoria de las almas no
recordadas para que encuentren su camino y en el paso puedan detenerse a comer
un poco de la ofrenda que ellos daban en su altar, cuando hicieron esto Yolo
despertó, ellos le contaron todo lo sucedido aunque ella nunca recordó algo.
Desde
entonces, la familia de Yolo, cumple esa promesa que ya es tradición, pasaran
los años y las generaciones pero la familia de ella no morirá porque serán
siempre recordados y tendrán un lugar especial en su altar para celebrar a los
difuntos en general no solo a los de su familia; de igual modo se dice que
aquel hombre moreno conocido como el Nahual nunca volvió a verse por el pueblo
pues todos pensaban que había encontrado el camino a través de La luz de los
olvidados.
FIN

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